Me levanto temprano
parezco un gallo anunciando el fin del insomnio

las sombras todavía se confiesan ante la luz.
En los bordes del día
la soledad muestra la escarcha de sus flores.

*

Contemplo
el otro lado de la calle
la mujer riega el naranjo recién plantado.
Sus gatos aguardan.

Ella les canta como a niños.
Se la ve sonreir.

distante
de quienes humeden la soledad
con silencio

*

No quiere ser la que habla.
Pone sus palabras de boca de otra.
Clava la tercera persona en las costillas
de su lengua

aleja sus sombras de la verdad
le entrega el peso de lo hueco

espanta la oscuridad
con un quejido muerto.

*

Hoy tengo esta sensación
indefinible
de estar al margen de la lluvia
en las cenizas
bajo el sol del olvido.


*



                               A los hijos

Quién se aleja de quién.
Quienes los extraviados
en las calles del tiempo.

Hijos,
el llanto los nombra
ahora,
cuando las caricias parecen condenadas
a ser aves de paso y las horas
viven de ficciones.

Ustedes, tan imperceptibles
a la intemperie final.
Y nosotros,
procurando ser
             menos sombra.

Lily Chavez